Nautilus Yachting Club

Historia

El 5 de mayo de 1931 se reúnen Raúl Montero Zorrilla, Juan Carlos Montero, Mauricio Escardó, Octavio Deluchi y Antonio Barreiro, con la finalidad de fundar una Sociedad de deporte náutico en la costa, entre Pocitos y Punta Brava. Luego de un cambio de ideas resuelven volver a reunirse en una segunda oportunidad a fin de concretar la idea, acordando tratar nombre, elecciones, y otros asuntos de interés general.

Se le da el nombre de Nautilus Yachting Club. Se instala una carpa precaria en las cercanías de la Punta Trouville, pero al no lograr permiso final se resuelve trasladarse a la Barra del Río Santa Lucía hasta tanto se logre un predio en la zona.

Comienzan las primeras actividades en la Barra con algún velero que se había obtenido.

Luego de intensas gestiones se consigue la parte de un predio perteneciente al Consejo de Salud Pública, cuya costa termina en la “Playa de Pedro” (Pedro era un pescador del lugar), posteriormente llamada “La Estacada”, siendo el mismo lugar actual.

En ese fondeadero fueron colocadas algunas amarras y se amarraron las embarcaciones propiedad del Club y algunas otras particulares.

Se contrata un Secretario rentado, Enrique Schelotto, quien cumplió funciones hasta su fallecimiento en 1961.

También fue necesario un Contramaestre para las tareas de varadero, empleándose a Lorenzo Molinari, quien se retiró en 1957.

Recordemos que el Puerto del Buceo, recién era un proyecto.

El Club adoptó los veleros de la clase nacional “U” con los que, durante más de 30 años, cientos de socios aprendieron conocimientos marineros en diversos grados.

Fueron diseñados, y varios construidos, en Francia; tenían 5 mts. de eslora, calado 0,80, tenían una quilla lastrada de 200 kilos, aparejados con mayor y foque, para navegar una persona y eventualmente dos. Con ellos se aprendía, se paseaba y se disputaban regatas.

Marcaron una etapa muy definida en la vida del Club, muchos deportistas del Yacht Club Uruguayo se iniciaron en el Nautilus. Es justo recordar los nombres de aquellos espléndidos veleros costeros:

U12–Yasy - U13- Cary - U16-Tabaré - U19-Caracé - U21-Guaraní - U22 Toia.

Todos nombres de la novela de Juan Zorrilla de San Martín (varios fundadores son descendientes del Poeta).

Fondeaban también otros veleros de socios como “Ivonne” – “Cruz del Sur”- “Taio” – “Alain”, como lógicamente sucede unos se iban y aparecían otros (como el Crucero “Mero II”, de Juan Gorlero.

Por este tiempo se propuso trasladarse al Puerto del Buceo, ya que el Estado facilitaba un predio, pero la Asamblea de socios convocada, no aprobó la propuesta.

Por 1943, el Club adquirió dos excelentes veleros de diseño escocés -los clase Río de la Plata “Aurora” y “Brisa”, de casi 8 mts. de eslora¬- con la finalidad de fomentar la navegación a mayor distancia entre sus socios y los conocimientos de marinería y trabajar con instrumental cartográfico.

Luego de varios años, fueron enajenados para entonces construir en el mismo Club tres veleros Clase Lightning, con recursos de la entonces Comisión Nacional de Educación Física. Ésto en 1956 coincidiendo con el 25º Aniversario.

Por los años 50, la flota particular estaba conformada por cuatro veleros de importante porte, los Sharpies 22 mts.2 (llamadas Yolas) de 7,50 de eslora y orza), con los cuáles se corrieron numerosas regatas durante varios años, recordemos sus nombres: “Vidalita”, “Vago”, “La Pichona”, “Ventajita”. Se construyeron una docena en el país, alguno aún se encuentra navegando, recordemos también al pequeño cutter “Norte”.

Por 1950 se construyó la actual rampa o varadero de hormigón, lo que facilitó el tener pequeñas embarcaciones en tierra y botarlas en el momento de su uso.

En 1959 se comienza a formar la flotilla de Snipe Nº 514, clase internacional famosa. Los primeros se construyeron en el Club y otros se importaron. Llegó a haber 19 unidades y el Club organizaba regatas en las que corrían entre 30 y 40 snipes.

Ya en la década de los 60 las embarcaciones construidas con plástico reforzado se fueron multiplicando en el mundo, dando paso a una verdadera popularización de la náutica deportiva de vela y de motor.

Así como también la tecnificación del motor fuera de borda y la disminución en sus precios.

Se incrementó la concurrencia de botes y chalanas dado que aún había abundante pesca en la zona.

Por esos años el Club contó con varias chalanas de su propiedad para pescar y remar.

Ya por 1970 y siguientes algún velero de la clase Grumete estuvo en el fondeadero “Valhalla” y “Denmark” y otros de motor “Danigraciela” y “Rebelde”.

Entre 1945 y 1972 se corrían anualmente en Montevideo y Buenos Aires regatas por equipos con los clubes Yacht Club Buenos Aires y Club Náutico Quilmes; más tarde entre 1968 y 1977 hubo competiciones similares con el club Veleiros Do Sul de Porto Alegre.

Luego, aproximadamente entre 1975 y 1990, no muy acertadas conducciones institucionales, hicieron declinar al Club en varios aspectos.

La flotilla de snipes 514 fue disminuyendo, algún velero clase “U” que le quedaba al Club para enseñanza se abandonó. Algunos optimist donados permanecieron inactivos. Hasta que finalizó ese período y otras directivas dieron el impulso al Club que hoy en día tiene con múltiples actividades teniendo lo náutico deportivo una muy adecuada cobertura.

Demás está destacar la numerosa flotilla particular de lanchas de importante nivel que practican la pesca deportiva y la recreación en la zona.

Debiendo resaltar dentro de la vela, la práctica de la vela infantil en veleros optimist para niños de hasta 15 años con profesores especializados.

La práctica del windsurf, y otros tipos como el Laser, todo ello apoyado por lanchas neumáticas con motor fuera de borda para los instructores y entrenadores.

Todo lo expuesto, que no es poco, tiene el apoyo de un eficiente personal de marinería apoyado por dos tractores y dos lanchas de servicio.